Unas declaraciones del Viceconsejero de Seguridad del Gobierno Vasco, Jesús Zubiaga, donde compara desafortunadamente a ETA con los terroristas musulmanes que atacaron en París, demuestra la complicidad objetiva del PNV con el terrorismo separatista vasco


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Este martes comienza en París Milipol, uno de los mayores eventos del mundo dedicados al tema de la seguridad, que será clausurado el próximo viernes. Mezcla de policía y militar, el acrónimo que define a esta feria abarca a nada menos que ciento cincuenta nacionalidades y recibirá más de veinticinco mil visitantes. El recinto del Paris-Nord Villepinte Exhibition será testigo asimismo de varias conferencias e intervenciones de personas ligadas tanto en la práctica como en la política al tema de la seguridad.

En el caso español, una delegación del Gobierno Vasco se ha desplazado al lugar para participar en la feria, encabezada por su Viceconsejero de Seguridad, Jesús Zubiaga. También la Policía Autonómica Vasca gozarán de un estand propio, diferente del que les pertenece a cuerpos de seguridad españoles como la Guardia Civil y la Policía Nacional, que comparten lugar de exposición y presentación a los visitantes. Un «hecho diferencial» ya de por sí muy sintomático…

Sin embargo, en los días previos a este evento, varios medios de comunicación han charlado con el Viceconsejero que encabeza esta delegación a una feria donde se conocerán las últimas novedades, tanto logísticas como políticas, respecto al tema de la defensa. En sus entrevistas, Jesús Zubiaga, intentando mostrar su «solidaridad» con las víctimas de los atentados terroristas de París, ha dejado una frase realmente sorprendente: para Zubiaga, todo es terrorismo, pero ETA trataba de «respetar el entorno general», frente a unos yihadistas para quienes todos los que no piensan como ellos son sus enemigos.

Las declaraciones han sufrido todo tipo de interpretaciones; algunos medios más cercanos al PNV que actualmente gobierna en el País Vasco han resaltado que en la misma entrevista Zubiaga también apeló a «que haya unidad, que se dé una misma respuesta, que no haya diferentes frentes», dando a entender que todos los partidos políticos en la autonomía vasca están a favor del fin del terrorismo etarra, que al fin y al cabo habría que dar por finiquitado desde la proclamación del famoso «alto el fuego permanente» del año 2011.

Sin embargo, pese a que existen claras diferencias en el procedimiento y el ideario de los etarras y los yihadistas (para empezar, un etarra jamás se inmolaría con un cinturón de explosivos, ni cometería un atentado sabiendo que puede encontrarse acorralado y ser detenido), las declaraciones de Zubiaga no pueden más que considerarse como de una gran frivolidad. ¿A qué se refiere el Viceconsejero cuando afirma que ETA «respetaba el entorno»? ¿Incluye ese «entorno» a la casa cuartel de Inchaurrondo, donde la banda separatista criminal cometió un atentado terrible, o hay que considerar a los guardiaciviles como «invasores» de ese entorno?

También «el entorno» podría referirse a aquella famosa y cínica frase del ex líder del PNV, Javier Arzalluz, que afirmó que «mientras unos agitan el árbol, otros recogen las nueces», en referencia al rédito político que el PNV supo explotar cada vez que había un atentado terrorista, ofreciéndose los peneuvistas como la alternativa del «nacionalismo democrático y moderado» frente a «los violentos» o, más coloquial y paternalmente, «los chicos de la gasolina».

Quizás es que no pertenezcan a ese «entorno» no sólo los centenares de residentes en el País Vasco, o en general los casi mil españoles que fueron asesinados por ETA, con hechos tan crueles por su notoriedad como los salvajes e indiscriminados atentados terroristas de Hipercor en Barcelona, la Casa Cuartel de Vic en Gerona o la Terminal T4 del Aeropuerto de Barajas (hoy Adolfo Suárez). O simplemente debe ser que ese «entorno» sólo incluye a los militantes del PNV que eran asesinados por ETA y que, al contrario del resto de muertos, que apenas recibían atención por parte de las autoridades encargadas de perseguir los crímenes, implicaban una detención fulminante del etarra o aberchale de turno, con la consiguiente bronca de los líderes del entorno etarra en ese juego de elementos «solidarios» contra la Nación Española.

Zubiaga debiera por lo tanto ser más explícito y menos frívolo en un tema aún tan presente en la Nación Española como el terrorismo etarra, terrorismo que no atentaba contra los Derechos Humanos y sí contra una Nación Española a la que el partido que milita no es especialmente afín, sino todo lo contrario; recordemos el famoso Plan Ibarreche concebido por el entonces lehendakari del PNV que buscaba ni más ni menos que la segregación del País Vasco de España bajo la forma de «estado libre asociado».

Asimismo, Zubiaga presume de coordinación y consenso entre todos los partidos políticos respecto al terrorismo, pero tal consenso es perfectamente compatible, y de hecho así es, con una total falta de acuerdo: para el PNV el asunto del terrorismo etarra fue secundario mientras no le atacasen a él, pues entendía que al compartir con ETA esa querencia por destruir la Nación Española, simplemente establecieron una suerte de simbiosis en la que los etarras mataban para luego los peneuvistas sacar rédito político (algo respecto a lo que la banda criminal antiespañola también tenía algo que decir, puesto que como señalamos más arriba también le «recordaba» al PNV periódicamente que no eran lo mismo). Y qué decir de EH Bildu, la marca blanca de ETA en el parlamento vasco, que siempre disculpó a los terroristas, tildados de heroicos gudaris que luchaban contra la «invasión» de las fuerzas y cuerpos de seguridad españoles, esos mismos de los que la Policía Autonómica Vasca se ha segregado en la feria de París? Ambas formaciones políticas «condenan la violencia» pero en el fondo la disculpan porque ha sido y siempre será una baza para conseguir sus objetivos de secesión.

Desde la Fundación Denaes no podemos más que censurar las frívolas declaraciones de todo un Viceconsejero de Seguridad del Gobierno del País Vasco. El tratamiento de los crímenes cometidos por la banda terrorista ETA contra la Nación Española ha de ser como mínimo más riguroso, máxime teniendo en cuenta que la autonomía vasca gozó desde el comienzo de la etapa democrática de las competencias plenas en materia de seguridad, y la defensa de los españoles residentes en el País Vasco se convirtió en una mera defensa sectaria de los intereses y vidas de los nacionalistas, quedando en la absoluta indefensión el resto de españoles. No está de más recordar una situación que, desgraciadamente, con ETA aún sin disolver, pudiera repetirse algún día.

Fundación Denaes, para la Defensa de la Nación Española.