Una reciente entrevista realizada a Ramón Cotarelo, profesor de «Ciencias Políticas», nos ofrece las claves para comprender la querencia por el separatismo del partido político de su antiguo alumno, Pablo Iglesias Turrión


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El pasado fin de semana Ramón Cotarelo, Catedrático de «Ciencias Políticas» en la UNED, fue objeto de una entrevista publicada en el diario La Gaceta, obra de Rafael Núñez Huesca, donde afloraron muchas ideas confusas y deslavazadas, síntoma de la degeneración universitaria española que este «viejo profesor» representa a la perfección. Pero también ejemplo del pensamiento del líder de Podemos, Pablo Iglesias Turrión, que fue alumno suyo. Cotarelo, como tantos otros profesores ya caducos en edad e ideas, sigue refugiándose tras las ruinas de la «dictadura franquista», para justificar el nefasto presente de nuestra Nación, y «la derecha», la malvada oligarquía que nos ha explotado durante siglos y que ha condenado a nuestro país. La «izquierda», los suyos (el PSOE principalmente, por el que siempre ha mostrado especial querencia), cuyos apellidos adornaban lo más florido de ese denostado régimen (De la Vega, Griñán, Cebrián, Rubalcaba, Bermejo, &c.), no han tenido nada que ver en el nefasto proceso…

A Cotarelo le preguntan por Podemos y dice que se trata de «un deber» que se ha autoimpuesto Pablo Iglesias. Pero, desgraciadamente, a este «viejo profesor», de amaneramientos muy diferentes a los de Enrique Tierno Galván, la imagen de su ex alumno en los medios le recuerda a la de un «cantamañanas», un presentador de televisión. Y es que le falta, según Cotarelo, «empaque teórico». ¿Es posible? Si es así, semejante falla debe mucho a su maestro, puesto que las ideas de este vetusto profesor permiten reconocer a las de Podemos como si fueran los apuntes de clase de la UNED.

Así, para Cotarelo, España no es una Nación, sino «lo que queda de un imperio», una «cárcel de pueblos» que ha de dejar libres a sus etnias «halógenas» (esto es, vascos y catalanes principalmente), como si fuera el caduco Imperio Ruso. Cotarelo, desconociendo (tal es su ignorancia e idiocia) obras como la Historia de España de Alfonso X el Sabio, niega que España fuera una Nación en tiempos medievales, y afirma que tampoco lo fue en la Constitución de 1812, que no encaja en «la constitucional, liberal, la francesa en definitiva», pero tampoco en «la nación alemana»; para el conspicuo profesor, España es «un imperio que no ha sabido readaptarse a nación», que mantuvo su fachada en el franquismo bajo la forma de una impostada unidad nacional, de «un imperio de opereta».

Por eso, para Cotarelo, el adoctrinamiento separatista no es más que la reacción producto «de una historia de injusticia que ha durado siglos», pues «el peso de Cataluña, y Murcia, y Extremadura en España son muy distintos». ¿En qué sentido? Ni más ni menos que lo siguiente: «Cataluña es una zona europea, productiva y el resto de España no» [sic], suponiendo que «Aquí todos hemos partido de lo mismo y los catalanes se lo han currado y nosotros no», verdadera mentira histórica que podríamos disculparle al «viejo profesor», dada su provecta edad, pero que sin embargo ha mantenido durante décadas, olvidando los aranceles y privilegios que ha disfrutado desde siempre la industria en Cataluña para poder consolidarse.

En el colmo de sus infantiles ensoñaciones, afirma además que mucha gente en Andalucía está «esperando que se produzca la independencia para irse para allá», como si la presunta Cataluña independiente fuera a ser una Suiza o una Andorra y no una Albania o un Kosovo. Pero Cotarelo va más allá: como el entrevistador le aclara que Cataluña ya no es referente en España, pues quienes más aportan a la caja común son, por este orden, Madrid, Cataluña y Baleares («Y Valencia», añade Cotarelo), entonces afirma que «los Països Catalans [¡sic!] junto con Madrid, están financiando al resto de España». Ya no miente Cotarelo, simplemente es cómplice del separatismo y delira a coro con el «imperialismo catalán».

Cotarelo, pese a que se pierde en disquisiciones estúpidas y propias de un iletrado sobre el presunto atraso histórico de España respecto a Europa, apelando a la avaricia y la codicia como motor de los españoles en América, a mitad de entrevista recula y dice que nos hemos «enfangado en discusiones estúpidas sobre la Leyenda Negra… que no hayamos sido capaces de contrarrestar la Leyenda Negra… Leyenda que, por otra parte, la hemos fabricado nosotros». Primero asume el discurso de la Leyenda Negra y unas líneas más abajo lamenta que nos hayamos tragado la Leyenda Negra. Una verdadera contradicción andante es nuestro «viejo profesor»… Un Cotarelo que considera la bandera rojigualda, la que ondeó en la Primera República, como «bandera borbónica»; la suya es la tricolor, como no podía ser de otra manera. Otra barbaridad más al saco…

Por supuesto, Cotarelo es partidario de «una constitución federal», pues «España es un estado plurinacional y su fracaso es no reconocerlo». El profesor, «nacionalista español» confeso, afirma que «España es una nación de naciones», que sería federal como la Confederación Suiza, pese a que en España no hay rastro de semejante federalismo, y menos por disgregación de las partes de un Estado unitario. Asimismo, se enreda en el derecho de autodeterminación, afirma que «la nación es un sentimiento» (como el Preámbulo del Estatuto Catalán de 2006 que pactó su admirado Zapatero), y que los catalanes «tienen conciencia de nación». Dirá más bien la repulsiva oligarquía catalana, para seguir las líneas maestras de su razonamiento…

En suma, para Cotarelo, la independencia de Cataluña sería «un revulsivo para que nos sentemos a considerar qué hemos hecho con nuestro país», que hemos abandonado en manos de una fantasmagórica oligarquía. Es decir, que la solución al problema de la Nación Española es ceder al chantaje y dejar que quienes desean destruirla triunfen. Y es que Cotarelo, como las CUP con las que ha participado en mítines, que presumen de anarquistas pero desean trazar la frontera de su escuálido terruño, se las da de muy cínico y aparte de ser muy internacionalista y ciudadano del mundo, es muy europeísta; y como «estamos en Europa», Europa nos va a obligar a «una solución negociada». ¿Se imaginan cuál? Pues el famoso referéndum «que muchos llevamos reclamando hace años». Ahora ya sabemos de buena tinta de dónde han salido los delirantes ideologuemas de Podemos…

Desde la Fundación Denaes poco más podemos decir de semejante entrevista realizada en La Gaceta a este profesor «de Ciencias Políticas». La próxima vez que quieran entender un mitin de Podemos o una declaración de Pablo Iglesias Turrión, lean a Ramón Cotarelo, fuente de tergiversaciones que tanto daño han hecho y hacen a la Nación Española.

Fundación Denaes, para la Defensa de la Nación Española.