Texto para el observatorio de la Nación del mes de mayo de 2015


Análisis de las elecciones municipales y autonómicas de 2015. DENAES Mayo de 2015.

Las elecciones de este domingo han supuesto un severo golpe al Partido Popular que no consigue mayoría absoluta en ninguna comunidad autónoma, ni en ningún ayuntamiento importante, a pesar de haber obtenido más votos, en el cómputo total, que el PSOE.
Ciudadanos entierra definitivamente a UPyD y se consolida como partido bisagra apoyado en la estructura (que incluye, muchas veces, a los mismos candidatos) del partido de Rosa Díez.

Podemos – disuelto, en las municipales, en otras “marcas”, no así en las autonómicas- consigue unos buenos resultados que dejan a IU en una situación muy similar a la de UPyD. La implantación de IU –resultante histórica de la implantación anterior del Partido Comunista y de su ya largo recorrido con sus siglas actuales- es mucho mayor y más extensa que la de Podemos, que no ha podido presentar candidaturas en las municipales, delegando en grupos amigos que, en algunos sitios resultan ser los mismos de IU; pero ha barrido a IU allí donde esta ha sido competencia de la lista apoyada por Podemos. Entra dentro de lo posible que sea sólo cuestión de tiempo que IU quede completamente fagocitada por el partido de Iglesias, aunque no lo es tanto que resulte tan fácil la desaparición de IU como la de UPyD.

Los buenos resultados de Podemos en Cataluña –y no hay bien que por mal no venga- arrebatando a Convergencia la alcaldía de Barcelona suponen un retroceso de este grupo separatista, lo cual siempre es beneficioso para España. No obstante, está por determinar la posición de Podemos respecto de la cuestión nacional. Colau, su candidata, se ha mostrado partidaria del “derecho a decidir” de los catalanes, a la par que evitaba declararse a favor de la secesión de Cataluña. La calculada ambigüedad de los líderes de Podemos puede estar a punto de ser insostenible en Navarra en donde los grupos separatistas obtienen 17 diputados (9 de Geroa Bai y 8 de EH Bildu) empatando con la suma de UPyN y PP. El PSOE, con 7 escaños –y suponiendo que se opusiera a los planes de quienes quieren la anexión de Navarra al proyecto fantasmagórico de Euskalerría- no forma, con los anteriores, una mayoría, que pudiera ser refractaria a la integración de Navarra en la autonomía vasca, porque Podemos (7) más I.E (2) (la IU Navarra), sumados a los escaños de los secesionistas suman 26, la mayoría absoluta, mientras que la suma de UPN, PP y PSOE es de 24. Izquierda Unida (I.E) tiene en Navarra, a pesar de su insignificancia, un valor simbólico enorme para el devenir político de esta formación, pues podría impedir con su voto el gobierno en Navarra de los separatistas vascos. La integración de Navarra en la comunidad autónoma vasca, como paso de la tristemente famosa “hoja de ruta” que conduciría a la emancipación del pobre pueblo vasco oprimido podría ser una batalla crucial perdida si Podemos e I.E apoyan a los separatistas.

El PSOE, que parece haber renegado de los desvaríos aliciescos de Zapatero y fortalecido por la debacle catalana del PSC, aunque instalado en el proyecto de un delirante “estado federal”, está obligado a renunciar a su anterior política de entendimiento con las fuerzas secesionistas y más propenso a establecer pactos con los moderados de Ciudadanos. El partido de Rivera, también instalado en una posición absurda en la que se defiende la existencia de una nación europea que anegue al resto -dicen oponerse a la secesión de Cataluña por ser contrarios a crear más fronteras, más naciones, en lugar de fundirse todas en el sublime e ilustrado nirvana de los Estados Unidos de Europa- en cualquier caso, también se opone al descuartizamiento de España. También puede el PSOE pactar con Podemos, tal y como ocurrirá en el Ayuntamiento de la capital de España y en muchos otros lugares. Podemos, en esta situación, se ve obligado a definirse y no es descabellado pensar que una política de pactos con el PSOE pueda acabar con la fantasía propagandística de un partido político que se auto representaba como un grupo ajeno a la casta formada por los partidos tradicionales.

El PP, que en las anteriores elecciones municipales obtuvo una victoria rotunda que le otorgó un control completo de la mayor parte de las autonomías, a excepción de Andalucía, País vasco y Cataluña, lo que le convertía en el principal partido vertebrador de España frente a la amenaza de los grupos separatistas, queda enormemente debilitado tras estas elecciones del domingo; y aunque todavía ostenta el gobierno del Estado, amparado en una mayoría que, ahora mismo, es imposible de repetir en unas elecciones generales, su papel de fuerza política capaz de contrarrestar por sí sola la desmembración de la nación española está puesto en entredicho.

En esta situación, España necesita, más que nunca, ser defendida desde una posición política apartidista, que no neutral. Es perentorio fomentar el debate entre las fuerzas que se denominan “de izquierdas” y argumentar con toda la potencia de la que se disponga a favor de nuestras tesis, a favor de la nación española. Siempre ha sido necesario el patriotismo, pero ahora, más que nunca, es imprescindible, por el bien de España (que no es otra cosa que su misma existencia, en grave peligro) que seamos capaces de evitar que los partidos de izquierdas nacionales (Podemos, PSOE e IU), que recogen de estas elecciones una abundante cosecha, traducida en escaños y concejalías que proporcionan en muchos casos mayorías holgadas para gobernar ayuntamientos y autonomías, sigan coqueteando con los enemigos de España, como, para nuestra desgracia, ha sucedido en buena parte del recorrido histórico de la democracia española.

Es preciso que DENAES reconozca a quienes son sus aliados en la lucha contra el separatismo destructor de la nación. Pero es, si cabe, más perentorio, que nuestra Fundación sea capaz de hacer explotar, con toda virulencia, un debate central sobre España que obligue a definirse a estos partidos.

Fundación Denaes, para la defensa de la Nación española