Estimados Amigos:

El objeto de este nuevo Boletín es informaros de un importante acto organizado por la Fundación DENAES.

El próximo 17 de Mayo, a las 11.00 horas y en la plaza de la República Dominicana de Madrid, inauguraremos el monumento a las víctimas del terrorismo justo en el lugar donde el 24 de julio de 1986 doce guardias civiles murieron a manos de ETA y justo donde el pasado año, en medio de la indignación popular al ver a su asesino pasearse tranquilamente por las calles donostiarras, surgió un santuario cívico que acogió el homenaje espontáneo de toda una multitud a la memoria de aquellas víctimas, pero también a la libertad y a la dignidad de todos los españoles aún orgullosos de serlo.

La Fundación DENAES ha materializado su particular homenaje a través de un monumento financiado por ciudadanos anónimos, creado en bronce por el artista Pedro Requejo en forma de vértice (3,10 metros de alto x 2,20 de ancho) y presidido por una figura de la libertad que enarbola la bandera nacional. La sigue una víctima del terrorismo y decenas de españoles, figuras a través de las cuales hemos querido transmitir un doble mensaje: la profunda identidad entre España y las víctimas del terrorismo y la fortaleza del espíritu de la Nación, que surge precisamente en aquellos momentos históricos más difíciles.

Hora es ya de que los todos ciudadanos consigamos entender el hondo vínculo que une a la Nación española con la sangre que se ha vertido por ella. En este sentido, todas las víctimas del terrorismo son también víctimas de una España malinterpretada, desnaturalizada y a menudo traicionada precisamente por quienes tienen el deber de defenderla. Desde su origen la Fundación DENAES se ha marcado la tarea de explicar y recordar la vigencia de este nexo entre Nación y víctimas, promoviendo al mismo tiempo el amor desinteresado a la primera y la obligación moral de homenajear a las segundas.

De ahí que la Fundación DENAES, profundamente convencida de la utilidad y trascendencia de este acto, realice un fervoroso llamamiento a todos los amigos de la Nación y simpatizantes para que acudáis al mismo portando, si es posible, la enseña nacional; con la conciencia de que al hacerlo estaréis ayudando, una vez más, a remover los obstáculos y vencer a los enemigos –no, por porfiados, invencibles– que impiden la consecución de una España encarnada en el mismo dolor de sus víctimas y por tanto justa, libre y a la altura –en fin– de su heroico pasado.

Más evidente resulta, si cabe, el logro conseguido por todos los amigos de la Nación si tenemos en cuenta que se trata del único monumento en Madrid a las víctimas del terrorismo, excluyendo el dedicado a las del 11-M. La ocasión, por tanto, merece la máxima participación y el mayor de los entusiasmos. Allí nos vemos.