María del Mar Blanco se adhiere a la campaña de César Velasco y DENAES «Un exiliado, un voto». Cree que es necesaria «una gran movilización» para que aquellos que han tenido que dejar el País Vasco y Navarra por ETA o la presión nacionalista puedan votar en sus lugares de origen.

mblanco.jpgLD (Pablo Montesinos) María del Mar Blanco conoce de primera mano como muchas personas han tenido que abandonar el País Vasco y Navarra por el hostigamiento de ETA y la presión nacionalista. «Familias, profesores y, en definitiva, trabajadores normales y corrientes» que «por manifestar sus ideas y defender la dignidad y las libertades han visto como sus vidas corrían peligro y han tenido que abandonar su tierra».

Un drama que, según la hermana del concejal del PP Miguel Ángel Blanco asesinado por ETA, necesita de «una gran movilización» por parte de la sociedad. Por ello, no ha dudado en adherirse a la campaña de César Velasco y DENAES «Un exiliado, un voto», que tiene como objetivo que los exiliados vascos y navarros puedan votar en su tierra.

En una entrevista concedida a Libertad Digital, la también dirigente del Partido Popular explica que han sido «cientos de miles» las personas que han dejado su hogar porque su libertad había quedado coartada. «Creo que esta campaña es muy importante pues supondría recuperar el voto de muchos ciudadanos que se han tenido que marchar y que son clave para que haya un cambio real en el País Vasco», argumenta.

Para María del Mar Blanco, es muy importante que se entienda «que han abandonado el lugar donde han nacido, estudiado y empezado a trabajar» por el simple hecho de «manifestar sus ideas» o estar en contra del nacionalismo o la banda terrorista ETA.

En este sentido, hace suyas las declaraciones de Alejo Vidal Quadras en LD y asegura que el Gobierno vasco debería liderar esta iniciativa. Pero añade: «no les interesa y no van a hacer nada para evitar la salida de esta gente». Explica esta víctima de ETA que al Ejecutivo presidido por Juan José Ibarretxe «le interesa que se marchen porque son votos en contra de ellos». Insta a un cambio en las elecciones del próximo uno de marzo.

Reclama, además, que los organismos públicos, políticos y cívicos lideren «una gran movilización» para que la campaña «Un exiliado, un voto» salga adelante y los exiliados y sus familias puedan tener voz en los procesos electorales que se desarrollen en aquellos lugares que tuvieron que abandonar. Hay que recordar que la Ley de Memoria Histórica ya permite a los hijos y nietos de los exiliados por la guerra civil y el franquismo adquirir la nacionalidad española vivan donde vivan.

Adhesiones que no cesan

Víctimas del terrorismo, personalidades del mundo de la cultura (como el director de cine Iñaki Arteta) y dirigentes políticos siguen sumándose a esta iniciativa. El presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, aseguró en la COPE que se va «a volcar» con esta campaña porque «es una reivindicación que hay que perseguir». Muchos en su partido también lo piensan como Pilar Elías, Regina Otaola, Vidal Quadras o Santiago Abascal.

Las víctimas del terrorismo también han mostrado su absoluto respaldo. En declaraciones a este periódico, Francisco José Alcaraz se preguntó: «¿Cómo no voy a estar de acuerdo?». «Dar la espalda a este proyecto sería legitimar el proyecto político de ETA» porque impediría «que vascos y navarros puedan votar en su propia tierra». En este sentido, la ex socialista Gotzone Mora reconoció que su familia forma parte de ese exilio. Su marido vive en el País Vasco, ella trabaja en Valencia y sus hijos ni tan siquiera están empadronados en su tierra.